Episodio 40: «Precio Final»

Temas a tratar: 

  1. La expiación por la sangre de Jesús.
  2. El deseo de Satanás siempre ha sido sentarse en el trono de Dios. 
  3. Mira lo que Cristo hizo por ti.

Desarrollo: 

1. La expiación por la sangre de Jesús. 

 La sangre de Jesús es el precio total para que tengamos acceso a Dios y perdón por nuestros errores. 

¿Por qué es tan importante la sangre de Jesús?

La sangre de Jesús es suficiente. No es su sacrificio más lo que yo puedo ofrecer como “ofrenda.”  

Lo que hago es en agradecimiento, no es para merecer algo. Así es la mentalidad de un creyente cuando entiende que la sangre de Jesús es el precio total. 

Ahora hay un deseo por lo que Jesús ha hecho por mí y, es ese deseo lo que nos lleva más y más a su imagen. 

Cuando no pudimos en nuestras propias fuerzas, vino Jesús y a través de su sangre nos cambió de posición.

Salmos 8:3-5 (RVR1960) 

“Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos,

La luna y las estrellas que tú formaste,

Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria,

Y el hijo del hombre, para que lo visites 

Le has hecho poco menor que los ángeles,

Y lo coronaste de gloria y de honra”. 

En este versículo la palabra exacta aquí no es “ángel» sino es “Elohim”. La traducción literal en este versículo es “le has hecho un poco menor que nosotros.”

Antes de la caída de Satanás y el hombre, este fue el orden: Dios, el hombre (creado en su semejanza) y los Ángeles (creados para servir a Dios y el hombre), pero algo pasó en el cielo y esto cambió. 

2. El deseo de Satanás siempre ha sido sentarse en el trono de Dios. 

2 Tesalonicenses 2:4 (RVR1960) 

«el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios.»

Aquí habla del deseo que había en el corazón de Lucifer de ser como Dios. Este deseo fue tal, que Dios tuvo que removerlo, echarlo y hacerlo menor que los ángeles. 

Dios pone a Adán para administrar el huerto y le da dominio de toda la tierra. Sin embargo, el diablo estaba en el huerto y fue contra el Padre.  

Luego, ¿qué hizo Satanás? Fue contra Adán en el huerto y le dijo: Tú puedes ser como Dios, puedes sentarte en su trono y no tienes que escuchar lo que él dice. 

Ahora tenemos un cambio en el orden: Dios, Satanás, Ángeles, y el hombre caído.

El infierno nunca fue creado por el hombre, fue creado por el diablo. Cuando damos nuestro dominio propio al diablo, tomamos su castigo, como nuestro castigo. 

Ante la tentación del enemigo, Jesús decidió ir por el camino de la cruz.

Aunque el camino a la cruz cuesta más y es más doloroso, vale la pena. Caminamos por el camino de Jesús y en sus sufrimientos. 

Solo el nombre de Jehová tiene autoridad de reprender al enemigo.  

La única opción es ir ante Jesús, ante la segunda persona de la Trinidad, porque es el único que le puede quitar el dominio al diablo.

Jesús dijo a los discípulos espera en Jerusalén por qué vas recibir la promesa del Espíritu Santo. 

Lucas 24:49 (RVR1960) 

«He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto.»

3. Mira lo que Cristo hizo por ti.

Cuando Dios envió la promesa, el Espíritu Santo, la iglesia nace y ya no había solo un Cristo, sino muchos cristianos. 

Hoy, Cristo está en nosotros y nos da la victoria. Cristo nos levantó junto con él.  

¿Qué quiere hacer Satanás? Sentarse en el trono de Dios. 

El diablo nos odia y nos puso en este lugar. Pero Dios bajó y nos dio su sangre una vez y para siempre, y eso es amor.

El enemigo, aunque ya está derrotado, va en contra del Espíritu Santo que habita en la iglesia. 

Quotes: 

  • La sangre de Jesús es suficiente.
  • Dios bajó hasta lo más bajo y nos dio su sangre una vez y para siempre. 
  • Cuando no pudimos en nuestras propias fuerzas, vino Jesús y a través de su sangre nos cambió de posición.

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