«Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes» (Santiago 4:6)
En este episodio hablamos sobre:
Resistir significa una puerta cerrada.
- El mundo me puede resistir.
- Mi familia me puede resistir.
- Yo no deseo que Dios me resista.
La soberbia echó a un ángel del cielo.
No debemos ser soberbios en el púlpito o en tu área de servicio.
Nadie me debe nada, la palabra cambia la vida de las personas, y yo tengo el privilegio de enseñar la palabra.
- La pobreza no es humildad.
- La pobreza es desgracia.
- No podemos obligar a ser humildes.
- La humildad es una actitud.
- La humildad es saber quién soy y saber a quién estoy predicando.
La inseguridad es lo opuesto a la confianza.
- Cuando mis discípulos avanzan más que yo, es porque hice las cosas bien.
- Si tomas crédito por el éxito también tomarás éxito por el fracaso.
Esta no es mi iglesia, esta es la iglesia del Señor. Dios edifica la iglesia.